Dover
Antes de 2006 (la fecha es importante) fueron la gallina de oro de la escena independiente estatal, capaces de catapultarse con "Devil Came To Me" (Subterfuge, 97) a lo más alto del rock estatal, pasearse por Europa y convertirse en los representantes del "grunge de aquí". Con los siguientes se mantenían en el frente, incluso endureciendo aún más su sonido, pero de repente llegó el bombazo: firman un álbum mezcla de disco, indie y electrónica con un par de singles rompepistas a más no poder, sus antiguos seguidores se echan las manos a la cabeza, llegan montañas de seguidores nuevos para los que Dover no existía antes de 2006, y no se habla de otra cosa. Y realmente es de elogiar ese salto a la piscina, el problema es que con el siguiente disco, el fallido "I Ka Kené" (Sony, 11) quedó claro que no había mucha agua en ella, quizás la razón por la que acabaron decidiendo volver al rock más duro, aunque sin demasiada nostalgia: en "Complications" (Sony, 15) hay trallazos a la vieja usanza pero también amplitud de miras, momentos acústicos y melodías más pop que lo convierten un disco más valiente de lo que muchos esperaban.