Aztec Camera
Roddy Frame, niño prodigio de amplia formación musical, deja los estudios para ser estrella del pop. No tiene ni dieciséis años. Entre sus héroes, David Bowie y Neil Young…y guitarristas de jazz como Django Reinhardt o Wes Montgomery. Su raro talento no pasa desapercibido para Alan Horne, capo del sello de Glasgow Postcard, que le publica los singles “Just Like Gold” y “Mattress Of Wire”. Rough Trade, le ficha en 1982 y un año después, la banda -como demostrarían los constantes cambios de formación, álter ego de Frame-, asombra con el romanticismo vitalista de su debut “High Land, Hard Rain” (1983). Oliendo las posibilidades comerciales, WEA (Warner) firma con Frame, que enrola a Mark Knopfler (Dire Straits) como productor de “Knife” (1984). Movimiento tan discutible como audaz que irrita a los indies, desconcertados ante la sutileza tropical del single “All I Need Is Everything”. Frame da un paso más hacia al mainstream con “Love” (1987). Bajo la empalagosa producción de R&B ochentero americano, la tierna “Somewhere In My Heart”, Top 5 de las listas británicas y “Killermont Street”, melancólico tributo a Glasgow. “Stray” (1990) combina los sofisticados aires jazzísticos de “Over My Head” o la canción que da título al disco con singles rotundos y brillantes como “The Crying Scene”, que le acercan de nuevo a la estética indie británica. Es el caso también de “Good Morning Britain”, energético y contestatario dueto con Mick Jones, que también entra en listas. El escocés se decanta por el intimismo con “Dreamland” (1993), que produce junto a Ryuchi Sakamoto y que incluye la exquisita “Spanish Horses” y “Frestonia” (1995), que finiquita su contrato. Todo ha cambiado y, como sucede con otros nombres de su generación, Aztec Camera es un anacronismo. Baja el telón. El epílogo con los grandes éxitos de rigor llega en 1999, publicado por Warner.