Radiohead
A la hora de hablar de Radiohead hay que hablar de "OK Computer". Un disco que en 1997 ya nos parecía un adelanto de cómo sonaría el rock dentro de dos siglos, por lo menos. Melodías sobrecogedoras con cambios de ritmo alentadores y una calidad de sonido impecable. En el futuro, todos iremos a trabajar en veloces coches alemanes y en lugar de aparcarlos en un parking, serán abducidos por una nave espacial, cuyos tripulantes -unos androides paranoicos- escucharán Radiohead, como nosotros, día y noche a través de un microchip incorporado en un piercing. Y cuando vayamos de vacaciones a Marte, las canciones de Thom Yorke nos ayudarán a mantener calientes nuestros cuerpos en medio de la frialdad espacial. "The Bends" siempre fue el aperitivo de lujo que precedía al plato fuerte.
En "OK Computer", desde luego que hay momentos que pueden producirle a uno una cierta descompresión, pero también existen instantes inexplorados y tan virginales, que es inevitable creer que hoy por hoy el resto de las bandas del planeta están todavía a años luz de Radiohead. En efecto, no existe actualmente ninguna otra banda de rock que esté tan comprometida con la música como esta.