Alo Belén, ¿hay algún género musical que pueda definir -o aglutinar- de forma, más o menos certera, tu sonido y en particular este que despliegas en tu nuevo álbum ‘Kwalia’?
Sonido Arkestra Discos
Han pasado 4 años entre la publicación de este segundo álbum, tras aquel celebrado ‘Beta’
del 2013, ¿crees que, para el mercado, la prensa y el público en general, eso puede suponer un problema dado lo frenético de la exigencia de frecuencia de publicación actual?
Es verdad que vivimos un momento donde todo va muy rápido y si no estás sacando videoclips todo el rato parece que estas retirado, pero yo no lo veo así. Creo que para hacer un álbum hay que tomarse un tiempo, evolucionar y vivir. Este álbum no es una mera compilación de canciones, es un mecanismo donde todos los temas son piezas fundamentales y juntas funcionan como una unidad. Generar esa armonía entre todas ellas es lo que más tiempo me ha llevado y no creo que pudiese ser de otra manera. A mí me gustaría que mi música perdurase en el tiempo, y para ello creo que no se puede tener prisa ni ningún tipo de presión externa. Me siento como un corredor de fondo, no me quiero quemar en los primeros kilómetros porque la carrera es larga. Justamente ‘Kwalia’ habla de eso.
¿Seguirás, pues, sacando tus propios discos cuando tú, y solo tú, creas que toca?
Para hacer un álbum sí por supuesto, hasta que no tenga algo interesante que contar. Pero también me apetece sacar algún single o ep, de una manera más fluida y sin una parte tan conceptual.
En eso ayuda hacerlo en una discográfica como Arkestra Discos, ¿verdad? ¿Te ves alguna vez en una multinacional que te obligue a sacar 3 discos en 6 años, por ejemplo?
Antes de estar en Arkestra Discos tuve una experiencia no demasiado positiva con una multinacional y ese fue el punto de inflexión que nos hizo plantearnos crear el sello. Básicamente fue para tener el control de todo, nuestra intención es que al sacar los discos el mensaje no sufra ningún tipo de distorsión, que llegue con la máxima fidelidad a la persona que lo va a escuchar y por supuesto no sentirnos presionados de ninguna manera a sacar nada.
¿Qué nos vienes a contar con este ‘Kwalia? ¿Es una especie de recordatorio de que debemos de cuidar, volver y recuperar la verdadera esencia de las cosas y sobre todo del “yo”?
La verdad es que tiene muchas lecturas, pero sí que hay una intención en ofrecer una vía alternativa al momento que estamos viviendo, de rapidez, de sobresaturación de información, estamos recibiendo tantos estímulos que casi no tenemos tiempo para pararnos a asimilarlos, a reflexionar y a formar nuestras propias ideas y opiniones.
Creo que a modo de conclusión precoz podemos afirmar que en este nuevo álbum conservas y mantienes todas tus contantes sonoras y musicales, y hasta filosóficas y artísticas, y en todo caso, lo que has hecho ha sido hacerlas crecer y mejorar… ¿qué te parece?
Sí, de hecho, hay una fuerte conexión con ‘Beta’, mi anterior álbum. Hay una evolución musical donde busco reforzar mi sonido y vocal intentando estirar mis limites probando técnicas nuevas, también he querido acercarme a la música tradicional y hacer algo más primario. En ‘Chuang Tzu’ investigué la conexión que encontré entre las cantareiras de la canción popular gallega, las voces búlgaras y los coros de la BSO de ‘Ghost in the Shell’ de Kenji Kawai. En ‘Kwalia’ aparecen sonidos más tradicionales como un acordeón, txalaparta donde he intentado utilizar la voz de una manera más primaria.
En este nuevo ‘Kwalia’ hay un buen puñado de temas en los que lo principal es una peculiarísima e ideal amalgama atemporal entre R&B, slowbeat, dream-pop, downtempo, hip-house y electrónica, ¿si digo que tu música parece más diseñada que compuesta, te halago o te molesta?
Cuando compongo no pienso en todos estilos que mencionas, simplemente me dejo llevar y supongo que el hecho de haber escuchado música distinta y de diferentes épocas, durante tanto tiempo, hace que surta esa mezcla. Creo que -tanto diseño como composición- están presentes, la primera fase es de composición más natural y espontánea y en la segunda fase es más de búsqueda del sonido o producción y ahí es cuando aparece el diseño sonoro.
En la base de tu sonido está el pop y siempre lo ha estado… ¿y siempre lo estará?
El pop siempre ha estado ahí ya que vengo del tocar en grupos, cuando empecé a producir ya desde mis primeros singles ‘Ceja de Carnival/ Kosmic Lovers’ (Arkestra Discos, 2010) estaba presente tanto el pop como la música electrónica instrumental, lo que he intentado durante todo este tiempo ha sido encontrar el equilibrio entre esa dicotomía.
¿Y te gusta que te adscriban al trap (gente que no siquiera sabe lo qué es y lo confunde con el ghetto-house o el rap sureño yanqui…)?
La verdad es que no me siento muy cómoda con las etiquetas en general, y creo que justamente esa engloba demasiadas cosas, ahora a cualquier cosa le llaman así. El sonido del rap del sur de EEUU de artistas como T-Pain, The-Dream o Lil Jon ha estado presente en mi música desde el principio y ha ido evolucionando a la par que lo hacía este.
En este sentido, ¿cómo y hacia dónde crees que ha evolucionado tu sonido en, por ejemplo, estos últimos 4 años?
Pues está más definido, aunque yo me pueda inspirar en el R&B, hip-hop, ambient o rollos más experimentales, creo que mi música no suena a nada de eso literalmente, es como si pasase por mi propio filtro y saliese algo diferente.
Lo que sí es una evidencia es que BFlecha suena a BFlecha… ¿misión cumplida (o al menos una de ellas)?
Pues esa es mi intención, sonar a mí.
Uno de los adjetivos que se me vienen a la cabeza cada vez que escucho tu nombre o tu música es “exquisitez”… ¿pero es realmente uno de tus objetivos sonar “exquisita”?
No sé, yo hago la música que define la manera en la que yo soy y dentro de mí hay muchos contrastes. Hay momentos para la frustración, la elegancia, la reflexión o la alegría e intento transmitir todo eso a través de mi música. Por eso también mi música bebe de diferentes estilos porque me ayudan a reflejar distintos estados de ánimo.
¿Hasta qué punto el secreto de tu atractivo musical radica en esa mixtura entre la electrónica más underground y la más comercial? ¿Es una especie de equilibrio perfecto (buscado o no)?
Es un resultado de mi trayectoria, de pequeña crecí escuchando música pop de la radio y la que ibas encontrando por ahí, después más adelante empecé a interesarme por otros estilos más underground, así que al final es un resultado de tu contexto y del tipo de persona que seas.
Sabemos que el disco lo has trabajado, entre otros, junto a tu amigo y compañero Mwëslee, ¿está producido a medias o cómo se ha sustanciado su colaboración? ¿Cómo es vuestro proceso creativo?
Mwëslee y yo compartimos estudio y sello y es la persona que mejor me entiende a nivel musical. Además, él como co-productor, es alguien que piensa en el proyecto, se pone a su servicio, intenta hacer todo lo posible para llevarlo al máximo de sus posibilidades. Cuando empezamos a trabajar juntos en ‘Kwalia’ yo ya tenía la mayoría de los temas avanzados y a partir de ahí empezamos a trabajar en las demos. Entre los dos vimos cómo darle homogeneidad a todo lo que había y como trasladar algunos de los conceptos al plano sonoro. Temas como ‘Hierro y Sílex’ los desarrollamos ambos desde cero en una tarde y otros en los que Mwëslee y Judah me enviaron respectivamente los beats de ‘De Luce’ o ‘Kongô No’ y vimos que encajaban con el concepto global del álbum.
En este ‘Kwalia’ hay como un versus amistoso más evidente, y sobre todo audible, entre lo orgánico y lo digital, ¿cuánto hay de cada en el disco?
La verdad es que hay un dialogo entre lo analógico y digital ya que hay muchos instrumentos virtuales que recrean instrumentos tradicionales como puede ser una marimba, flautas, acordeón…En el tema ‘Chuang Tzu’ hay un arpa celta que fue tocada por la violinista y multinstrumentista Begoña Riobó así mismo en temas como ‘Hierro y Sílex’ intentamos reproducir sonidos de electricidad desde desde un punto de vista digital, incluimos glitches y sonidos generados por errores del propio software.
¿Y cómo surgió la idea de que colaborara El Guincho? ¿Satisfecha ante el resultado?
Al Guincho lo conocí a través de Igor de Delorean, ya había hablado con él para que colaborase en ‘Beta’ pero por cuestiones de fechas no pudo ser, así que lo tenía pendiente para este. Creo que tenemos estilos afines y compartimos una manera de entender la música desde una perspectiva abierta. En ‘Sinfín’ nuestros estilos se complementan porque ofrecen distintos puntos de vista sobre una misma temática y a nivel sonoro ocurre lo mismo, se plantean dos texturas contrapuestas que creo que enriquecen el tema. A pesar de que fue uno de los temas más complejos a la hora de llevarlo a cabo, ya que éramos cuatro personas trabajando en él, creo que ha resultado ser uno de los temas que más destacan del disco.
Tu voz ha ido cambiando suavemente durante estos años, ¿qué has ido haciendo para que cada vez suene mejor?
La verdad es que he estado trabajando mucho la voz estos últimos años, es donde más centrada he estado y donde quizás se nota más la evolución.
¿La consideras como un instrumento más o es todavía más que eso?
Es el instrumento más personal que tengo. Hay temas como en ‘Kwalia’ que sí que he querido utilizarla más como una textura, si te fijas no hay letra, es como un lenguaje inventado.
Este álbum, es todo un concepto, o cientos en sí, y parece esconder muchas segundas lecturas, múltiples sorpresas entre sus muchas capas de sonido… ¿estamos en lo cierto? ¿Hay un ‘Kwalia’ diferente para cada oyente?
Sí, se puede disfrutar por sus melodías o la producción y para los que quieran ir más allá me gusta plantearlo como un juego donde pueden ir profundizando capas y descubrir las referencias que hay escondidas. Para cada oyente hay un ‘Kwalia’ distinto, de hecho me gusta pensar en el “Kwalia” como disparador de nuevos qualia, únicos e inexplicables para cada persona.
¿Por qué elegiste ‘Rutas Circulares‘ y ‘Zigurat‘ como primeros singles? ´¿No habría sido 金剛の (Kongô No)’ el, quizá, más lógico? ¿Precisamente por eso?
‘Rutas Circulares’ me parecía ue representaba muy bien la idea global del disco, así que era perfecta para anunciar el álbum.
¿Cuáles son tus temas favoritos del disco y por qué?
Mi tema favorito es ‘Hierro y Sílex’, me gusta porque lo hicimos en una tarde, es directo y la forma es la de una canción de toda la vida pero con una producción más vanguardista. Mi segundo tema favorito es ‘Chuang Tzu’, esta canción es muy especial porque una noche soñé con música y cuando me desperté aun recordaba la melodía, así que la grabé y fui montando el tema a partir de ahí e intenté recalcar la temática onírica. La melodía iba a 3x4 así que montamos el tema con ese ritmo que es muy característico de la música tradicional gallega, así como las voces del outro que recuerdan a las cantareiras.
¿Cómo será el nuevo directo que presentarás, entre otros muchos sitios, en el Sónar 2017?
Ahora justo me encuentro trabajando en él, intentaré apoyar las ideas y conceptos a través de la escenografía y luces y aunar ‘Kwalia’ con mis anteriores trabajos.
Finalmente Belén, ¿dejarás que remixeen los temas de ‘Kwalia’? ¿En manos y máquinas de quiénes?
Aun no lo sé, pero así a voz de pronto repetiría con Dj Q, porque me gustó mucho lo que hizo con el tema de ‘Mundo Bizarro’.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.