Mejor cuánto más cerca
ConciertosArizona Baby

Mejor cuánto más cerca

8 / 10
Raúl Julián — 28-10-2019
Empresa — La Cueva del Jazz
Fecha — 25 octubre, 2019
Sala — La Cueva del Jazz en Vivo
Fotografía — Raúl Julián

Arizona Baby regresaban a la La Cueva del Jazz en Vivo como banda plenamente consolidada dentro de la escena estatal, justo diez años después de la publicación de "Second To None" (Subterfuge, 09), el disco que los puso bajo ese foco que ya nunca han abandonado. No es raro, por tanto, que la sala rozase el lleno para ver al trío defender sobre el escenario las canciones incluidas en su última referencia hasta la fecha, "Sonora" (Subterfuge, 18).

La banda respondió mostrándose especialmente motivada, además de cómplice al compartir su pop-rock de marcado aroma americano. Los vallisoletanos probaron (una vez más) que poseen una ejecución de insultante precisión y soltura, apoyada ésta en el evidente virtuosismo a la guitarra del Señor Marrón, las aptitudes vocales de Javier Vielba (que también ejerce como maestro de ceremonias), y ese elemento preciso (y ya indispensable) que es Guille Aragón a la batería y segundas voces.

Los numerosos aciertos incluidos en el último álbum del grupo (“Videotapes”, las irresistibles “UpDownAroundGo” y “Walking Contradiction”, “End Of The World” o una “What You Are” en boca de Aragón) se unieron a clásicos previos (“Ouch!”, “Dirge”, “If I Could” o “Dieciséis Toneladas”), conformando así un bloque tan sólido como envidiable a la hora de definir el devenir del propio concierto. Para los bises quedaron dos piezas recientes como “Make Believe”, una “Devilish Minds” con ecos a Paul McCartney y la necesaria “Shiralee” que, a día de hoy, sigue sonando espectacular.

Un despliegue impecable que, sin perder la esencia y dentro de unos parámetros lógicos, albergó un considerable recorrido estilístico. La apabullante interpretación incluye también los puntuales (pero habituales) devaneos festivos de Bielba, y es difícil decidir si ese tipo de adorno favorece a un conjunto tan serio desde el punto de vista artístico, en un recurso más necesario en grupos menos dotados a niveles de composición y recreación. Una herramienta que, en cualquier caso, el espigado cantante sabe manejar, arrastrando definitivamente tras de sí a los asistentes.

En cualquier caso, Arizona Baby parecen estar viviendo su mejor momento, tanto alumbrando obras sólidas desde el estudio como, sin duda, en su versión en directo, donde sus tres componentes -perfectamente engrasados y contando ya con un repertorio amplio donde elegir- hacen que todo parezca tremendamente fácil. Esta nueva visita supuso, al amparo de esa cercanía que sólo puede ofrecer una recogida sala de conciertos, una experiencia tan gozosa para el público como seguramente para los propios músicos. Y es que, en el caso de los pucelanos, sin duda siempre mejor cuánto más cerca.

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