Después de unos cuantos intentos, resulta que a Adrian Thaws (es decir, Tricky) le ha dado por cambiar de habitación en el hotel londinense donde se aloja para cumplir con las tareas de promoción del que es su séptimo álbum, “Knowle West Boy” (el octavo si contamos el que publicó como Nearly God), por lo que dar con él lleva más tiempo de lo previsto. “No, no me molesta esto. Hago música, ése es mi trabajo, y luego hay cosas alrededor que también hay que hacer, aunque no las controle tan directamente”.
"He querido ser Tom Waits, Howlin’ Wolf o Terry Hall, según la canción, pero con mi propio sonido" |
El caso es que, entre unas cosas y otras, la conversación queda mutilada a unos apresurados diecisiete minutos, hasta el momento en que Tricky dice que se tiene que ir con urgencia, algo de lo que ya nos habían advertido. “Nos vemos en España, este verano, en los festivales”. Será en Benicàssim el sábado 19 de julio, aunque antes de eso sí nos dio tiempo a hablar acerca de este álbum que en cierta medida le reconcilia con su trayectoria después de los decepcionantes “Blowback” (2001) y “Vulnerable” (2003). “No creo que se trate de una nueva etapa, sino de algo así como el capítulo segundo. El tiempo ha pasado muy rápido, no tengo la sensación de que hayan sido cinco años. Ahora sé que soy más viejo, pero también me siento cómodo, me conozco mejor, sé cómo ser feliz, cómo crecer; cuando eres más joven, quieres ir muy rápido, cambiarlo todo, y luego compruebas que hay otra manera de hacer las cosas”. Puede sonar a conformismo, pero este disco está bastante lejos de esa sensación. “Es el más diverso que he hecho nunca. ‘Blowback’ fue el más comercial y ‘Vulnerable’ un paso hacia el pop, mientras que éste es más complicado. ‘Past Mistake’, por ejemplo, es un tema que tiene bastante que ver con lo que la gente puede esperar de mí, pero también hay otros que son muy distintos. He querido ser Tom Waits, Howlin’ Wolf o Terry Hall, según la canción, pero con mi propio sonido”. Y también Kylie Minogue, porque recrea el “Slow” de la australiana, continuando una sorprendente tradición de versiones. Hay blues en “Puppy Toy”, reggae en “Baligaga” y rapea como hacía tiempo que no hacía en “Council State” o “Coalition”. “Bueno, en realidad nunca me he considerado un rapero, más bien un punk-rocker, o un rapero británico y punk en todo caso, aunque antes que nada vengo de la escena del ska. He sido un rude boy y siempre quise estar en The Specials”. Llegamos así al barrio en el que se crió, Knowle West, que da nombre al álbum y está en el espíritu de buena parte de estas nuevas canciones, aunque en ellas también haya influido su paso por Los Angeles o el Bronx neoyorquino, en etapas que han contribuido decisivamente a dar forma a este disco que se empezó a grabar hace algo más de un año en Londres y se terminó luego en L.A. con ayuda de Switch (M.I.A., Santogold). No se trata de una vuelta a los orígenes en sentido estricto, pero Tricky sí asegura sentirse como niño con zapatos nuevos, y resulta curioso ver cómo la letra de “Council State”, el primer single, remite directamente a la de “Tricky Kid”, de “Pre-Millenium Tension” (1996). Entonces soltaba esto: “Solían llamarme Tricky Kid y ahora dicen que soy una superestrella”: y ahora: “Recuerda, chico, eres una superestrella”. Años después, sigue a vueltas con la fama. “Ser un personaje público es verdaderamente complicado. Hacer el disco fue divertido, no resultó nada difícil, pero luego no llevo nada bien que la gente me reconozca. Sé que puede resultar un poco paranoico, pero es así, por eso me sentí muy cómodo el tiempo que estuve en el Bronx. Era todo muy natural, lejos de esa vida pública”. En todo caso, tras la aventura americana con Anti, Tricky ha decidido volver a un sello británico, Domino, por lo que vuelve a jugar en casa. Y lo hace, como siempre, acompañado de un amplio grupo de voces femeninas (Alex Mills, Lubna, una chica española que aparece en “Bacative” y sobre la que no acierta a dar más detalles). “Mis letras son femeninas. A veces hablo de mujeres, sí, pero sobre todo es que escribo desde un punto de vista femenino”. En este punto es cuándo pensaba preguntarle por el estupendo segundo disco de Martina Topley-Bird (cuya voz iluminaba “Maxinquaye” y “Pre-Millenium Tension”), pero me lo ahorro y terminamos hablando de cómo se siente el propio Adrian Thaws en estos momentos. “Me divierte que la gente diga que ahora soy más positivo. En realidad siempre he sido un tipo divertido, aunque al exterior haya salido una imagen oscura de mí. Me siento bien, estoy muy contento con ‘Knowle West Boy’; hay quien dice que supone una vuelta a ‘Pre-Millenium Tension’ o ‘Angels With Dirty Faces’, pero no me preocupa, no escucho mis viejos discos. No aspiro a hacer música perfecta, sólo a ser sincero”.
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