Aún no consigo explicarme por qué The Little Ones no está levantando las pasiones que sí despiertan otros grupos “amigos” (Los Campesinos!, Pete & The Pirates, Vampire Weekend, Black Kids…) que juegan en sus mismas coordenadas. Y es que su propuesta merece tanta o más atención que las bandas citadas antes.
"Nos califican como sunshine pop, y es algo que nos encanta" |
Los californianos tienen un disco, “Morning Tide”, que tiene un brillo especial, un trabajo capaz de sublimar el manual de instrucciones de The Shins, de Death Cab For Cutie y de la escudería más accesible del colectivo Elephant 6, para crear un sonido propio que aúna la sensibilidad indie con las maneras clásicas. Muchas canciones de este quinteto de Los Angeles no están tan lejos de lo que hacían The Beach Boys o The Left Banke en los sesenta.
The Little Ones lo forman Ed Reyes (guitarra y voces), Brian Reyes (bajo y coros), Ian Moreno (guitarra y percusión), Lee LaDouceur (bajo y coros) y David Esau (batería), y pudimos charlar con todos ellos en Barcelona, aprovechando su (excelente) concierto en La [2] de Barcelona del pasado 12 de septiembre. La charla tiene lugar en un conocido restaurante de tapas del Paralelo. Empezamos hablando del retraso con el que ha sido editado “Morning Tide”, quizás una de las causas de su, por el momento, escasa repercusión mediática. “En 2007 firmamos a nivel mundial con EMI, pero hubo unos problemas y nos acabaron echando. Ya en 2008, y sin sello, decidimos tomárnoslo con calma para grabar el disco. Para ganar tiempo sacamos un Ep, ‘Terry Tales And Fallen Gates’. Luego volvimos a nuestro sello de siempre, Heavenly, que se ha encargado de la edición de ‘Morning Tide’. La verdad es que toda esta odisea nos afectó un poco al principio, pero creo que ahora todos sabemos que lo mejor era volver a Heavenly, un sello donde hacen las cosas con cariño”. Sin prisas, pero sin pausas. Ese es el camino que han decidido seguir los norteamericanos para hacer lo que más les gusta: grandes canciones. The Little Ones no están en el mundo de la música para ser famosos o para ganar dinero, lo suyo va de conseguir el santo grial del pop: llegar a la perfección, que todo encaje. Son algo así como unos pequeños Brian Wilson nada torturados que calzan Vans, ven películas de John Hughes a todas horas, y están muy enamorados del indie pop de siempre. Para ellos hacer canciones como “Ordinary Song”, “Lovers Who Uncover”, “Rise And Shine” o “Tangerine Visions”, verdaderos monumentos a las melodías imperecederas y a los estribillos sanadores, es como respirar. “No nos cuesta nada escribir canciones, de hecho es algo que nos sale de forma natural. Nos sentimos muy a gusto en el proceso de composición, nos lo pasamos muy bien. Y bueno, la verdad es que somos como una máquina a la hora de crear buenas canciones (risas)”. “No pensamos en hacer canciones que sean hits instantáneos, solo pretendemos hacer las cosas bien. Cuando empezamos a escribir una canción y los quince primeros segundos son buenos, procuramos no cagarla con lo que sigue después (risas). De hecho eso es lo más importante, dar el correcto acabado a las canciones…”. “El proceso de grabación es muy metódico y muy preciso. Primero ensayamos un rato y probamos cosas, luego vamos a comer burritos y cuando ya tenemos el estómago lleno, volvemos al estudio y empiezan a llegar las ideas”.
Modestos, educados, risueños y grupo por el que Seth Cohen lo dejaría todo, el quinteto de Los Angeles es uno de esos que se cuelan en el corazón con la misma facilidad con la se coló la chica que se sentaba delante ti en séptimo de EGB. Al escuchar sus canciones uno tiene la sensación de que han estado ahí siempre. The Little Ones son casi como de la familia, y, parafraseando a Phil Spector, conocerles es amarles. “Nos gusta escuchar canciones que nos hagan sentir felices y nos lo hagan pasar bien. Muchos nos califican como sunshine pop, y es algo que nos encanta…”. Pues eso, bienvenidos a la nueva generación del pop soleado made in California.
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