Con permiso, claro, de los más rockeros Long Ryders, Dream Sindicate y demás usuarios de camisas estampadas de amebas que aquí agruparon como Nuevo Rock Americano y allí llamaron Paisley Underground. “Es difícil de decir. Es un gran honor para nosotros haber estado a la cabeza de tantas grandes bandas. No nos atrevemos a asegurar que empezáramos nosotros, pero sí que estábamos allí cuándo todo arrancó. Después de Gram Parsons hubo un tiempo en que el country, incluso aplicado al rock, prácticamente desapareció. Nosotros estamos orgullosos de haber contribuido a recuperarlo al menos en uno de sus aspectos y haber dado pie a esa sensacional continuidad de bandas que ha venido luego”. Entre los cuatro Junkies hay tres hermanos. Me siento con dos de ellos, Margo (cantante) y Michael (compositor principal) Timmins, aprovechando una parada de una sola tarde en Barcelona para promocionar “One Soul Now”. Tras veinte años de carrera, ya son ganas. “Ya, pero es que la promoción tradicional vía radio ha desaparecido. Y nosotros somos una banda tradicional, nos gusta viajar y hacer tours. Por eso no nos cuesta. Junto a Internet es nuestra vía principal de acceso a los fans. Tenemos broncas como todo el mundo, pero nos lo seguimos pasando bien de gira. Cowboy Junkies es más que una banda, es lo que hemos querido ser siempre. Y eso se nota y nos da vida. Tomamos todas las decisiones pensando en nosotros mismos y acaban resultando ser lo mejor para la banda. Será que somos la misma cosa”.
”Nosotros no hemos explotado, pero esperamos seguir aquí dentro de otros veinte años"
Desde “The Trinity Session” y su legendaria versión de “Sweet Jane”, los de Toronto no tienen que demostrar grandes cosas. Se limitan a vivir su carrera a su aire -en Estados Unidos y Canadá tocan con mucha regularidad- y sacar un disco cuando les parece que es bueno. “One Soul Now” lo es, esta vez algo más cercano al indie-rock estándar que al country alternativo, pero inconfundiblemente Timmins. Con la lentitud contenida y la parsimonia eléctrica que, sin llegar a los extremos de unos Low, son su marca distintiva. Claro que eso, a pesar de disponer de abundantes canciones de nivel, les sigue teniendo sin ni siquiera un mini-hit indie que llevarse al currículo. “¿Un hit? ¡Estaría bien! Especialmente por cuestiones económicas (ríen). Pero sabemos que tal como tocamos jamás seremos Britney Spears. Esperamos acabar teniendo algún pequeño éxito, pero no nos importa mucho. La gente sigue viniendo a los conciertos y esperando con ilusión lo que hacemos. Los CJ se distinguen por su sonido y sensibilidad. Es muy fácil saber que una canción es nuestra. No vamos a sentarnos y mirar veinte años atrás y pensar que es malo no haber compuesto un hit. A cambio tenemos una carrera. Muchos grupos explotan y luego se diluyen y desaparecen. Nosotros no hemos explotado, pero esperamos seguir aquí dentro de otros veinte años”. Una edición limitada del disco incluye versiones de Springsteen, The Cure, Townes Van Zandt, Jesse Colin Young y Neil Young. Junto a la citada “Sweet Jane”, también son antológicas y recordadas sus revisiones de “Blue Moon” (Elvis) y “Ooh Las Vegas” para el tributo a Gram Parsons. Saben hacer de una versión un homenaje. (Michael)“No sé, se trata de buscar los arreglos que la hagan diferente y especial. Necesito tener algún tipo de conexión con el grupo o la canción, que la banda me haya influenciado de pequeño o algo así. Además, cada vez tenemos más recursos como músicos y eso se nota. Es cierto que algunas de nuestras versiones nos han dado a conocer, pero no las proyectamos, las hacemos cuando nos apetece. Hay varios grupos que nos han ofrecido versionearlos, pero no lo hemos hecho”.
Es fácil rastrear su influencia. Y no sólo en artistas de hornada reciente: lo de Chris Eckman en solitario es puro Junkies con voz femenina. Como los Walkabouts eran una versión soft de los Junkies. O Willard Grant Conspiracy. Hasta Mark Olson y Victoria Williams les deben cosas, aunque ninguno de ellos cuenta en sus activos con una voz como la de Margo Timmins, que con la edad y la experiencia ha ganado en registros, profundidad y, sobre todo, capacidad para modular la intensidad sentimental y jugar con ella. Algo sólo al alcance de las grandes voces femeninas del género “americana”, como Natalie Merchant (ex 10.000 Maniacs). “Te confesaré algo. Natalie era impresionante. Cuando empezábamos iba a conciertos suyos y me quedaba encogida oyéndola cantar. Le decía a Michael: ´nunca, nunca seré capaz de cantar así´. Y él me decía: ´¿por qué no? Sólo es porque ella lleva más años. Date tiempo´”. El tiempo ha pasado. Y puestos a buscarle una interpretación al título del disco, “Un alma ahora”, podríamos creer que se refiere a su voz y la de Natalie, fundidas en una sola. No la habría más bonita.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.