Chicas de California
EntrevistasBest Coast

Chicas de California

Joan Cabot — 01-11-2010
Fotografía — Archivo

Best Coast nacieron de la nostalgia. Bethany Cosentino se mudó a Nueva York para convertirse en escritora, pero tras nueve meses refugiándose en las cintas de The Beach Boys y The Ronettes para vencer la añoranza decidió volver a casa y montar un grupo. La receta de “Crazy For You” no puede ser más simple, pero es uno de esos discos que te sacude el corazón con fuerza.

Cuenta Nik Cohn que el pop murió el día en que The Beach Boys publicaron “Pet Sounds”. El mejor disco de todos los tiempos según muchos, marcó para Cohn el fin de la era de la inocencia. Hasta entonces, la música pop había inundado las ondas de maravillosas melodías impregnadas de ingenuidad e inmediatez. “Pet Sounds” era demasiado pretencioso, demasiado conceptual, demasiado serio para ser pop, pero ya no había vuelta atrás. Dudo que Bethany Cosentino, la cantante californiana al frente de Best Coast, comparta la lúgubre opinión de Cohn respecto a la obra maestra de Brian Wilson, pero su música parece querer dar la espalda a todo lo que vino después de aquel “Pet Sounds” y viajar en el tiempo a una época en la que todo era más sencillo y puro. “Soy incapaz de acordarme de algún momento en mi vida en que no haya estado haciendo algo relacionado con la música”, explica Cosentino sobre sus primeros recuerdos musicales. “A los trece años mi padre me regaló mi primera guitarra y empecé a tomar lecciones, también de piano. Mi padre es músico y, de hecho, en la rama paterna de mi familia todo el mundo canta o toca algún instrumento, así que crecí rodeada de música. Cuando era pequeña me presenté a todos los concursos de talentos en la escuela, pero no empecé a escribir mis propias canciones hasta los quince años”. Cosentino creció en Los Angeles y durante su infancia actuó en varios spots publicitarios. “Es algo exagerado decir que fui una actriz infantil. En realidad sólo participé en algunos anuncios”. Ella prefería la música. Formó Pocahaunted junto a Amanda Brown, pero poco después abandonó el grupo para estudiar escritura creativa en Nueva York. “Best Coast nació en Nueva York”, me comenta Cosentino. “Cuando me fui estaba harta de Los Angeles y de todos los clichés sobre la vida en California. Quería alejarme de todo aquello. Quería estudiar, convertirme en escritora. Viéndolo en perspectiva, me doy cuenta de que tenía una idea muy romántica e idealizada de lo que Nueva York podía ofrecerme. Aguanté poco más de nueve meses allí. Tuve que alejarme tres mil millas para comprender que lo que realmente quería era vivir aquí”. Cada vez que se sentía deprimida y echaba de menos su hogar, Cosentino se refugiaba en las viejas canciones de The Beach Boys, The Beatles y The Ronettes. “Sólo esa clase de pop de los cincuenta y sesenta que me recordaba mi hogar, música feliz y nostálgica. Un día me levanté y comprendí que no quería vivir más en Nueva York, que quería volver a casa y empezar a componer canciones. Cuando regresé ya tenía en mente la idea de crear un grupo inspirado por mi añoranza durante esos meses en Nueva York”.
Cuando volvió a Los Angeles lo hizo con la idea de formar un grupo. Había hablado con su amigo Bobb Bruno para proponerle colaborar juntos y enseguida se pusieron a grabar las canciones de Bethany en su pequeño estudio casero. Poco después se uniría a ellos la batería Jennifer Clavin (Mika Miko, Cold Cave), quien sería sustituida el verano pasado por la ex-Vivian Girl Ali Koehler. “Desde el momento que llegué, no hemos parado en ningún momento. Ha sido todo muy rápido. En dos meses estábamos en boca de todo el mundo. Ha sido aglo muy extraño”, comenta. “Antes de que todo esto pasara trabajaba en una tienda de jabones. He pasado de vender jabón a pasarme el día viajando por todo el mundo para tocar con mi grupo. Soy una chica con suerte”. “Buscaba un tipo de música simple, muy directo y que cualquiera pudiera entender y disfrutar”, explica Cosentino al respecto de su idea cuando volvió a casa desde Nueva York para formar Best Coast. “Quería componer canciones que tuvieran ese mismo espíritu. No soy muy técnica y mis letras no son en absoluto rebuscadas. No es necesario que escuches siete veces mis discos para saber de qué hablo”.
Mientras tanto, Cosentino disfruta del inesperado éxito de un grupo que apenas hace dos años ni siquiera existía y que ahora es alabado por gente tan dispar como Thurston Moore y Rivers Cuomo, con quien acaba de grabar una canción. “Crecí escuchando a Weezer. En muchas entrevistas les he citado como uno de mis grupos preferidos y cuando algún medio me ha pedido que les hiciera una lista de canciones o una mixtape siempre ha habido una de Weezer. Un día recibí un mensaje de Twitter de Rivers Cuomo dándome las gracias por citarlos y comentando que también les encantaba mi música. Al principio, pensé que no podía ser verdad, que debía ser una broma o algo, pero luego comprendí que era realmente él. Empezamos a hablar a través de Twitter y surgió la idea de colaborar juntos. Tuve un momento bastante fan, me puse muy nerviosa cuando me llamó por teléfono. Tuve que reprimirme para no comportarme como una histérica y soltarle todo el rollo sobre lo importante que su música había sido para mí”. Adoro a esta chica.

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