No hay que ser un genio: es la primera vez que le pongo cinco estrellas a un disco desde que escribo en esta casa, así que sí: lo que sigue va a ser una retahíla de alabanzas que sólo tendrá fin donde nuestro editor decida poner el punto final. Como ya avanzaba el mes pasado en la entrevista a John Talabot, su debut en largo, publicado en enero, es desde ya el mejor disco del año. No exagero, ni mucho menos. Busquen por ahí texturas como las que trabaja aquí el bueno de Talabot, loops hipnóticos como el de “Last Land”, hits houseros como “So Will Be Now…”, desarrollos cinemáticos como el de “Oro y sangre” o electro que le llegue a la suela de los talones a “When The Past Was Present”. En definitiva, ya pueden ponerse a rastrear como locos, que no encontrarán en lo que llevamos (y probablemente en lo que queda) de año un disco que condense tanto buen hacer en su metraje. John Talabot factura en “ƒin” once temas de algo que parece house pero que va mucho más allá, que parte del bombo y sampler que vio nacer a Talabot para acabar resultando en exquisitas texturas, atmósferas densas y una renovada facilidad para la melodía, potenciada por su asociación con el madrileño Pional, otro grande de la electrónica patria que va a dar mucho que hablar este 2012. En definitiva, un discarral como la copa de un pino que gana enteros con cada escucha hasta multiplicarse por mil. Obsesión absoluta.
No soy un experto en música electrónica, pero llevo años nevegando o mas bien buceando entre las propuestas más introspectivas o como quieren llamarlo ahora "electrónica intelectual", y efectivamente, este es un disco que todo buen aficionado a la música debe tener en su discoteca.
pfff que discazo, lo escuché de rebote y me está sorprendiendo.