Desde el riff inicial de “Out Of The Black” ya se evidencia que el concepto del rock del dúo inglés (Mike Kerr y Ben Thatcher) tiene mucho más que ver con la asimilación descarnada y sin complejos de las bandas nórdicas o estadounidenses que con la idea más domesticada e inofensiva de británicos como Palma Violets o The Strypes. En un momento en el que el rock pasa por una de sus cíclicas fases de ostracismo, son muchas las jóvenes promesas que van dejando señales que una nueva recuperación del género se acerca. Allah-Las, The Orwells o estos Royal Blood miran a diferentes referencias del pasado a la hora de dar con su fórmula, pero las alimentan de una vitalidad y atrevimiento que los hace actuales y relevantes. En el caso que nos ocupa, unas guitarras pesadas (en realidad Mike Kerr toca un bajo-guitarra) herederas del grunge se fusionan con estructuras y ritmos que recuerdan al viejo blues rock setentero y unas melodías y voz que reviven el legado todavía reciente de The White Stripes. “Royal Blood” se conforma como un bloque homogéneo de buen rock, y se presenta como una de las mejores sorpresas musicales que nos va a deparar el 2014.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.