Son ya dos años los que han pasado desde que terminaran de gestarse estas canciones. Y aunque en la mayoría de los casos no sea un buen remedio, dos años en la nevera no es nada para un disco, si lo firma Stereolab tras anunciar su parón indefinido. El retraso tiene un porqué: en 2008 ya sacaban “Chemical Chords”, su estreno con el sello 4AD, y estos trece temas no cuadraban con los ritmos electropop afrancesados, esos tan trabajados y requetepensados que con el paso de los años han ido adquiriendo Tim, Laetitia y compañía. Digamos que estas piezas se quedaron en el arcón por su vertiente experimental, por frescas y juguetonas. Y así se han conservado. Siguiendo los derroteros hipnóticos de anteriores décadas, y agarrándose siempre al kraut rock, pero abriéndose a arreglos “marca de la casa”, como los que suman los teclados que se aprecian en “Equivalences”, no hay una línea regular que defina estos trece cortes, porque no hay intención de álbum, quizá. O porque las sesiones empleadas para grabarlos fueron caprichosas recompensas.
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