Desde hace semanas si hay un disco que logra ponerme de buen humor no es otro que "Carib" de Xavi Alias. Es ponerlo en mi reproductor y que las coloridas plumas de su portada se expandan por las blancas paredes de casa, provocando un estallido emocional que funciona mejor que cualquier química jamás sintetizada. Ese es el tremendo poder de la música. La razón por la que seguimos buscando en las cubetas o indagando en el Spoti. ¡Qué más da! Lo importante es el hallazgo y lo que provoca. Y es que todo en Carib tiene algo de excepcional. Primero por el cambio de registro del propio Xavi Alias que deja atrás su piel de cantautor folk expresado en su anterior trabajo, el también excepcional "La set de la balena". Después por la decisión consciente de construir el disco de forma sintética a base de cortar y pegar retazos musicales extraídos de viejos vinilos comprados a precio de saldo. Y por último hay que destacar el resultado. Lejos de ser un pastiche, se ha convertido en el vehículo perfecto para que la voz de su autor, trabajada en ocasiones como si de un instrumento más se tratara, se expanda para dejar constancia de un mensaje de corte existencialista que a menudo se enfrenta a las grandes cuestiones que nos persiguen como individuos, pero también como raza. (Xavi Alias) “En el primer disco todo giraba más alrededor de la idea del amor. En este, a pesar de que la música es como muy poliédrica y explosiva, los temas que toco son más profundos”. Una música que refleja el enorme bagaje musical de su autor que ha dejado que influencias que van de James Blake a D’Angelo se cuelen en los surcos de un trabajo en el que hasta el trap tiene su influencia aunque sea sutil. “Del trap me atrae sobre todo que es una mirada que contiene la pureza de la juventud y que puede llegar a un tener incluso un punto hasta ridículo que le dota de una ternura excepcional. Me sucede lo mismo con sus vídeos que tiene ese punto cutre, pero a la vez mesmerizante que hacen que no puedas dejar de mirar”. El mismo estado hipnótico que el del Prat logra en su disco gracias a temas incontestables como esa "Crida" de obertura, la percusiva "Temps", la más pizpireta "Carib", el elegante caminar de "Petita salvatge" o ese hito a capella que se llama "Nit d’estiu" con el que personalmente casi rayo en la obsesión.
Ahora solo queda que el resto del mundo comparta lo que digo. “Es posible que la prensa especializada me valore, pero hoy en día todo el mundo que conozco y se dedica a la música ve muy difícil llegar al público. Hay un componente de suerte, de lograr que un tema lo pete, de lo contrario hay que trabajar mucho para hacerte con una trayectoria. Pero tampoco tengo una respuesta de por qué no he logrado una mayor repercusión”.
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