Como si de un viaje en el tiempo se tratara, la nueva ola de la nueva ola reproduce comportamientos y situaciones que ya hemos vivido veinte años atrás. Y si entonces toda una escena afterpunk se desarrolló en Sao Paolo a imagen y semejanza de lo que estaba ocurriendo en Londres o Nueva York, ahora CSS (abreviatura de Cansei de Ser Sexy, nombre ridículo donde los haya) se convierten en herederas por derecho propio del legado de all-girl-bands como As Mercenarias.
A su favor hay que apuntar que, pese a lo coyuntural del asunto, estas cinco chiquillas con factor masculino a los parches han conseguido en su disco de debut algo más que una simple repetición de los estándares del punk oscuro a la par que bailongo. Unos toques de electrónica por allí, unos tecladitos quedones por allá y una producción muy efectiva (todo Made In Brazil) que han dado en una colección de canciones que van del punk-rap para modernos a la Peaches (el hit “Alala”) hasta el sentido del groove de Le Tigre. Aunque, si me apuran, canciones como “Let’s Make Love And Listen To Death From Above” o “Music Is My Hot Hot Sex” encajan bastante mejor en el concepto rompepistas que las de Kathleen Hanna y compañía. ¿Hype? Sí, pero como diría Arguiñano, “con fundamento”.
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