Éxito artístico y de público en la celebración del 25 aniversario de este festival único en su género, además de gratuito, que a pesar de la insistente lluvia que cayó la tarde noche del sábado se convirtió en una autentica fiesta.
Los más de treinta artistas de esta edición, pudieron presentar sus proyectos sin que esa lluvia perturbara sus conciertos. Eso sí, gracias a un público admirable y fiel que aguantó sin inmutarse durante horas bajo ese suave diluvio y que respondió con pasión cada una de sus actuaciones.
Quizás por eso en una de las ruedas de prensa que los artistas de Womad ofrecieron este año, el guitarrista Dr. Olmedo definió, muy acertadamente, que este festival, más allá de los interesantes conciertos, las actividades paralelas, las exposiciones, los mercados, etc. es un estado de ánimo. Bajo esa actitud es fácil dejarse sorprender por todo lo que te ofrece esa abertura a otras músicas, a otras culturas, a otras ideas, a otras costumbres. Eso te permite aprender y disfrutar con ello.
Y es que esos veinticinco años han “calado hondo” en los cacereños y también en los numerosos visitantes que acuden a esta fecha musical que se ha convertido en imprescindible para cualquier apasionado a las músicas del mundo. El mismo Peter Gabriel, creador en 1982 de este singular festival que une música, danza y diferentes artes, había destacado en un video conmemorativo, la importancia de Cáceres al ser la ciudad que más festivales ha acogido de forma continuada de todos los que organizan.
Así fue que ni la lluvia pudo deslucir esos veinticinco años. La previsión del tiempo anunciaba chubascos para los dos días principales de conciertos. Pero el viernes a partir de la tarde ya no llovió y se pudo cumplir el horario sin problemas. Sin embargo el sábado fue distinto, porque justo también a media tarde, apareció una lluvia intensa y persistente que obligó a trasladar las actuaciones de la entrañable Plaza San Jorge, que tenía el escenario descubierto, al de la Plaza Mayor. Eso sin prejuicio de mantener la duración de las actuaciones.
Si tenemos que destacar algún nombre de todos los artistas que pasaron por esta edición, hablaríamos de la propuesta rompedora de Niño de Elche y la sorprendente puesta en escena de Orange Blossom. Aunque otros nombres también dejaron actuaciones para el recuerdo, como la cantaora Argentina o los japoneses Osaka Monaurail. Ha resaltar también la importante cantidad de grupos extremeños que acogió esta edición, tanto en los escenarios principales como en el que se montó especialmente para ellos en la Plaza Santa María.
Mujer Cocodrilo, a.k.a. Maite Paz, fue la encargada de abrir el gran escenario de la Plaza Mayor el viernes. La extremeña lleva ya un tiempo con su personal y valiente propuesta, mestiza y vibrante, que pudiera recordar a Bebe, aunque Maite empezó antes. Tras ella Descalzas, cinco jóvenes chicas, también de la región, con una fresca fusión de estilos (según sus propias palabras), con letras sociales, pero que invitan a la fiesta. Y fiesta hubo también con Osaka Monaurail. Si alguien no los conocía, sin duda se llevó una agradable sorpresa. Su efectivo funk funcionó a la perfección. Esta banda japonesa es una especie de tributo a James Brown pero de calidad, y solamente ver en escena la complicidad que se crea entre sus tres potentes vientos y ese frontman alocado que es Ryo Nakata y sus espasmódicos bailes, merece mucho la pena. Aunque sin duda quien dejó a más de uno con la boca abierta fue Niño de Elche (en la foto inferior). Empezó con una intro de quince minutos a guitarra planeante y recitado poético, con la que consiguió hacer el silencio en la acogedora y a veces también ruidosa Plaza San Jorge. Después de esa especie de “misa solemne”, entró la banda que cuenta con Raúl y Darío de los inquietos Pony Bravo y presentó temas de “Voces del Extremo”. Sonaron la rompedora “El Comunista”, “Nadie” con esas improvisaciones vocales o ese provocativo “Que os follen” con el que cerró su concierto dejando a todos “shockeados”.
Y tras la conmoción, que mejor que el funky-soul mezclado con ethio jazz de la elegante cantante y actriz israelí Ester Rada. Con su música rinde homenaje a su origen etiope y lo hizo con una banda experimentada y con una muy buena base rítmica. Y es lo que tiene el Womad, después de la israelí y como demostración tangible de que en la música no hay fronteras, 47 Soul, o sea músicos de Palestina, Jordania y Siria que además abrieron su concierto con su canción “Don’t Care Where You From” de mensaje claro y contundente. Este cuarteto utiliza sintetizadores, teclados, bases programadas junto a percusiones, guitarras y sus cuatro voces, para hacer una música de ambientes árabes pero muy bailable y con tendencia al trance. Su estilo se basa en parte en la danza árabe dabke, la misma que ha hecho popular el sirio Omar Souleyman. Y para cerrar la noche que mejor que el magreb punk de Rachid Taha. Si bien esta vez no estuvo brillante en la voz y el sonido no estuvo en sus mejores condiciones, pero sus canciones son certeza de efectividad. “Barra Barra” con ese riff repetitivo, el infalible “Ya Rayah” que hizo que todo el mundo se contorneara a su ritmo o su versión del “Rock El Casbah” fueron festejados por la multitud que llenaba la Plaza Mayor.
El sábado otros dos grupos extremeños se encargaron de abrir esa tarde-noche de música, que hasta la lluvia no se quiso perder. Primero Dr. Olmedo, buen compositor, cantante y músico que ha pasado de hacer música instrumental a ponerle letras vitales a sus canciones. Y después BambiKina que está dando que hablar con su folk ecléctico de onda americana. Funcionó bien, aunque quizás su propuesta se disfrute mejor en recintos no tan amplios. A destacar el acompañamiento a la trompeta de Josué “Ciclón” García (Muchachito, Aurora & The Betrayers) que le dio un plus de intensidad a su música. Tras ella, palabras mayores con la cantaora Argentina. Si ella afirma que para aficionarse al flamenco hay que verlo en directo, seguro que esa noche enamoró a muchos. De hecho su último disco es el doble en directo “Sinergias”, el cual presentó. Y de verdad que parecía que hasta el chubasco se paraba para escuchar su arrolladora y colorista voz. Triunfó bajo la lluvia. Le siguió la portuguesa Lura que avisó que iba a mostrarnos su herencia caboverdiana y con su batuque logró animar a todos los que ya llevaban horas mojándose sin importarles la lluvia. Su presencia es espectacular y brindó unos bailes que dejó a todos maravillados. Aunque cuando se desplazó hacía la morna, descubrimos porque le llaman la nueva Cesaria Évora.
Pero la bomba llegó con Orange Blossom (en la foto superior). En sus más de veinte años han ido cambiado sus componentes y solo han grabado tres discos, pero su directo es inapelable. El batería mexicano Carlos Robles, el enérgico violinista francés PJ Chabot y la cantante egipcia Hend Ahmed, son la base de la banda y su electro rock oriental enriquecido por músicas de todo el mundo y con una fuerte presencia de la electrónica, es exuberante. Crean clímax ambient para después explotar con una bases rítmicas contundentes. Con decir que Robert Plant se enamoró de ellos y los invitó a abrir sus conciertos. Fueron de los más aclamados y seguía lloviendo.
Para Mercedes Peón cualquier dificultad le sirve para crecerse. Esta gallega que ha pasado años estudiando la música de las aldeas más recónditas, ha creado un universo musical conceptual y arriesgado. Desde hace un tiempo se presenta ella sola con un set de maquinas y tocando percusiones, gaita y con su impresionante voz. Lo suyo es una especie de performance apoyada en bases electrónicas y con esas explicaciones especiales que hace de sus canciones que te hace entender la magia de su propuesta. Esa mezcla de tradición y vanguardia está maravillando en Europa y aquí también lo hizo.
Aunque la guinda fue para Asian Dub Foundation. Tanto ellos como Rachid Taha, según nos contó la organización, fueron los grupos más votados para actuar en este 25 aniversario. Y ADF no defraudó. Si bien sus discos ya no sorprenden, sus directos siguen siendo contundentes. Impresionante la imagen de la lluvia cayendo sin parar y miles de personas bailando como posesos clásicos como “Flyover”, “Naxalite”, “Fortress Europe” o esa llamada a levantarse contra el racismo y contra el colonialismo que es “Rebel Warrior”.
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