Primitivos, desbocados, sudorosos y ajenos a la evolución –o degeneración, según se mire- del rock and roll, Jon Spencer y Matt Verta-Ray son animales de escenario. Desde que estos dos malditos unieron sus caminos, ya no echamos de menos a la Blues Explosion de Spencer. Muy al contrario, nos regocijamos en el rockabilly ruidoso y canalla de Heavy Trash. Y si bien su última entrega discográfica nos ha dejado un tanto fríos a algunos de nosotros, sabíamos que en directo no iban a decepcionar. Y afortunadamente así fue, aunque les viéramos más domesticados que en otras ocasiones; menos salvajes, aunque igualmente crudos; con una actitud menos punk, aunque con los instrumentos igualmente afilados. Como siempre, los cambios de ritmo, con descensos a la nada que súbitamente mutaron en terremotos decibélicos, estamparon el sello distintivo de la formación sobre una base musical que, de otra manera, podría limitarse a un mero revival y tributo al rock de los años cincuenta. Pero en el caso de Heavy Trash no cabe la duda: tienen alma propia y argumentos creativos para defenderla. Ahora, además, sabemos que sobre las tablas también convencen sin necesidad de sobreactuar.
estuvieron geniales!!!!!!!!