Había expectación por saber cómo sonaría “La velocidad del vacío” en directo y anoche, ante una Sala Apolo repleta, lo nuevo de Dorian brilló. Y lo hizo en las voces y los instrumentos de la banda pero, también, en los coros de un público empapado de sus letras. No hace ni dos meses que el disco vio la luz y, a juzgar por la reacción de sus seguidores, se erige como digno sucesor de sus éxitos anteriores. Destacaron temas como “Soda Stereo” o “El temblor”, en los que se aprecia la esencia inconfundible de Dorian, pero con mayor presencia sonora de los instrumentos y menor de la parte electrónico.
En el escenario siguen conservando un saber estar impecable, escondidos entre focos a veces violentos, a veces misteriosos. La energía se propagó como una onda expansiva y los gritos incitadores fueron una constante. Hubo momento para la locura colectiva con “A cualquier otra parte” o “La mañana herida”. Versionaron “Más problemas” en un guiño a sus seguidores veteranos, según explicó Marc, quién aprovechó la ocasión para agradecer “el apoyo a la escena independiente”.
Terminaron con “Los amigos que perdí”, primer sencillo del nuevo trabajo, dejando claro que no les hace falta recurrir a sus temas más conocidos para cerrar con nota. Y cuando parecían haber echado el resto, se cruzaron la sala entre el público para regalar un último tema “Tan lejos de ti”que cantaron junto a las últimas filas.
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