Alas negras
ConciertosIn Solitude

Alas negras

8 / 10
David Sabaté — 28-04-2014
Empresa — Madness Live
Sala — Razzmatazz 3, Barcelona
Fotografía — Edu Tuset

Sinceramente, teníamos muchas ganas de ver cara a cara a los suecos In Solitude. Sus dos últimos discos, “The World. The Flesh. The Devil” y “Sister”,
han figurado en los primeros puestos de las listas del mejor metal de 2011 y 2013, respectivamente, según esta publicación. Algunos de nosotros íbamos rastreando, incluso, las fechas de sus giras para acercarnos a alguna ciudad europea o festival a la menor ocasión; peregrinaje que, finalmente, no ha sido necesario.

Abrieron la noche los locales Graveyard y su corrupto y lacerante death metal. Con un resolutivo y poderoso Fiar al frente, cantante también de los referenciales Foscor, la banda, un clásico ya de nuestra escena, destiló mala uva y rodaje en un directo intenso que evidencia tanto sus horas de vuelo como su vigencia y ascendente realidad.
Tras ellos, los de Upsala cumplieron con nota. El heavy metal de tintes épicos y ecos a King Diamond de su anterior disco ha mutado en su último “Sister” en un lóbrego y negrísimo heavy rock de aura ocultista en sintonía con el post-punk y el rock gótico. Su traslación al directo era una incógnita pero ya podemos decirlo: sus composiciones suenan más crudas, salvajes y rotundas en vivo, aunque empezaron regular, algo embarullados, y el volumen se comío la melodía y la atmósfera para ir corrigiéndose progresivamente. Al mismo tiempo, su entrega e imponente actitud eclipsaron los errores iniciales: “Death Knows Were” nos abrazó con sus alas negras mientras todos los miembros de la banda sacudían sus melenas en ritualística comunión con el público. Los dos guitarras y, en especial, el bajista y líder espiritual de la formación, Gottfrid Ähman, no pararon ni un instante de principio a fin; una hora justa pero muy intensa de afiladas guitarras y lliberación escénica. Pero si alguno de sus miembros acaparó gran parte de las miradas fue el cantante Pelle Ähman, hermano del anterior, y sus espasmódicos y reptilianos movimientos: una suerte de joven Iggy Pop abducido por fuerzas y visiones de otro mundo. In Solitude no tendrán la repercusión de sus amigos y compatriotas Ghost, pero su propuesta, afín en filosofía aunque de puesta en escena más desnuda y menos artificial, se enorgullece de permanecer en el underground y avanza por muy buen camino.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.