Tras siete años en la sombra -de su local de ensayo-, y como aparecidos de la nada, salen del armario los oscenses Zumo de Lepra. Lo han hecho con fuerza gracias a un primer trabajo, “Haciendo amigos” (disponible bajo este texto), y dos vídeos, con buenas dosis de ironía, pocos acordes y mucho punk. Hablamos con ellos para nuestra revista de septiembre pero desde este portal te mostramos en exclusiva la versión extendida. Sin desperdicio.
“Comenzamos hace siete años y sufrimos varios cambios de formación, además de algunas ‘vacaciones musicales’ que nos tomamos debido al estrés de ensayar una vez cada dos meses aproximadamente. Desde hará unos dos años la formación se ha consolidado y cuando tuvimos un puñado de canciones decidimos grabar nuestro primer trabajo para mostrar al mundo nuestro enfermizo repertorio”.
Imposible no interesarse por los quehaceres de un grupo durante tantos años de ‘sombra’. “Todo este tiempo nos hemos mantenido ocupados suspendiendo ensayos y viendo como se iban suspendiendo los conciertos en los que íbamos a tocar (aunque suene sospechoso no era por nuestra culpa). Y, ya ves, después de siete años sacamos de golpe un cedé con dos vídeos y algún bochornoso extra. Somos así”.
Es obvio que la banda de Baké, Cristian, Panky y Pisa no se toma demasiado en serio lo cual no debe desviarnos de un disco muy bien parido. “La grabación fue sobre ruedas aunque se nos hizo interminable. Grabamos la instrumental en una tarde y las voces en una mañana. Acostumbrados a nuestras grabaciones con un micro colgando de una bajante residual (si, las que llevan mierda) a un ordenador portátil, pues, la verdad que sí, el sonido es cojonudísimo”.
No han faltado colaboraciones como la de Manolo Kabezabolo, Pardo de Huesca y la aplicación informática de locución Loquendo. “Fue un puntazo que Manolo Kabezabolo se animara a colaborar en nuestra adaptación country-punk, ya que hemos crecido corrompiéndonos muy gustosamente con sus canciones. Otra colaboración fue la de nuestro amigo y personaje Pardo que también aportó su granito de arena con unas voces y ese grito inicial que tanto le caracteriza. Y nuestra gran sorpresa para acabar las colaboraciones fue que se animara el mismísimo Loquendo, que a pesar de su apretada agenda aceptó venir para ponernos a parir, además de colaborar en uno de los videoclips, en el cual, además, Manolo Kabezabolo se curró un cameo. Estamos en negociaciones con el representante del Señor Loquendo para que colabore en los directos pero no prometemos nada; ahora que es famoso su caché se ha disparado”.
Los dos clips que han subido a la red cumplen al dedillo con los principios elementales de la filosofía de Zumo de Lepra. “Los vídeos los grabó y montó el mismísimo Pardo de Huesca, ¡kio!. Se negó a firmarlos con su nombre. Utilizó el pseudónimo Koktel Molotof ya que se está haciendo un hueco en el mundillo de la producción audiovisual (te vamos a arruinar y sabemos donde vives -risas-). En principio, el primer vídeo que grabamos fue el de ‘La Abuelita Fustigadora’, con mejores medios, que iba a ser explícitamente enfermizo y degenerado, pero al final nos cortaron las alas. El segundo fue el de ‘Zumo De Lepra’ que iba a ser simplemente el vídeo chorras improvisado haciendo subnormalidades con nuestro compi Loquendo y al final resultó tener más éxito. A la gente le ha marcado la cagada invertida (¿nunca habéis visto un truño?) y la canción del final que no se puede quitar uno de la cabeza en la que teníamos la idea inicial de salir corriendo por el campo desnudos (pixelados, no se vaya alguien a sonrojar) y no en gayumbos, pero una vez más nos cortaron las alas... No se puede ser un pervertido hoy en día”.
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| Zumo de Lepra |
Y al hilo de esta respuesta, no hay duda, hay demasiados músicos que se toman demasiado en serio a sí mismos. “Por mucho que nos intentemos reprimir, nuestra espontaneidad bizarra siempre acaba por darle un toque surrealista a los conciertos. Como dijo un filósofo ebrio ‘Vita Mortis Iocus Est / La vida es la broma de la muerte’ o, como dice el carismático Loquendo, ‘esto sólo es punk y al que no le guste que se joda’”.
Y seguro que no les gusta a más de uno, seguro que más por irónicos que por punks. “Decidimos llamar al disco ‘Haciendo amigos’ por varias razones: no tenemos amigos (interesados pónganse en contacto), porque la portada lo pedía a gritos y porque determinada gente carece absolutamente del sentido del humor. Pese a que el grupo está claramente orientado al espectáculo mediante la ironía, varios sectores pusieron el grito en el cielo con nuestra primera canción, catapultándonos inmediatamente a la mala fama (gracias por la publicidad). Pese a las advertencias del disco ‘no apto para gente sin sentido del humor’ algunas canciones siguen causando revuelo. Aún así esperamos que la gente se anime y nos llame para amenizar bautizos, comuniones y entierros”.
No obstante, a pesar de su entrenada ironía, de vez en cuando, ‘los Zumo’ hablan con el corazón. “Si nuestras canciones tienen cuatro acordes es porque nuestra calidad musical no da para más. Intentamos que sean potentes y pegadizas con letras que no dejen indiferente a nadie. La ironía es un arma arrojadiza y hay demasiada gente que se merece una canción. Si juntas a cuatro perturbados con mucho sarcasmo por ofrecer al mundo y les proporcionas instrumentos, a veces las situaciones se van de las manos. Nos somos demasiado perfeccionistas, para eso ya están los ‘jevis’. Nuestras canciones salen de lo más profundo de nuestras almas, por donde la mierda ve la luz”.
Por cierto que por muy sorprendente que suene, comparten batería con el grupo surfero Los Pipelines. “¿Los Pipelines?. No nos suenan... ¿Son una orquesta de pueblo?. Una gélida noche vieja en un oscuro callejón trató de acosarnos y agredirnos sexualmente con unas baquetas. En esos momentos nos dimos cuenta que teníamos ante nosotros al batería perfecto para Zumo de Lepra”.
Por Sergio Falces
Por Sergio Falces
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