Matar al padre
Entrevistas / Luis Brea

Matar al padre

Enrique Peñas — 25-04-2012
Fotografía — Archivo

Ocho canciones (más el bonus-track del que hablábamos arriba) que apuntalan lo que se ha dado en llamar costumbrismo post-indie, temas de filiación nocturna que esconden miles de copas y más de una resaca, saltando de la rumba al slowcore y de aquí a la canción ligera.

Conocido como ‘el Julio Iglesias del indie’ (si no lo han hecho, escuchen “Dicen por ahí” y entenderán por qué), dejemos que sea el propio Luis Brea quien haga las presentaciones. “Tengo treinta y ocho años, hace cinco dejé mi trabajo para empezar de nuevo porque no me salía de los cojones seguir en una oficina. No me gusta esto, no quiero pasar por el aro y voy a hacer lo posible por no llevar la vida que se supone tengo que llevar. Dicen que lo más importante que podemos tener es la belleza, pero yo creo que es la voluntad”. Del dicho al hecho: primero un EP, convertido en pequeño fenómeno a escala madrileña, y ahora este debut en largo en el mismo sello de Nacho Vegas, Refree o Fernando Alfaro. “Llevo mucho tiempo tocando en grupos, como Los Sitios o Los Hijos de Han Solo, y nunca había sentido esa velocidad, que las cosas surgiesen tan deprisa. El disco es la prolongación de la filosofía con que se hizo ‘De lo dicho nada’. Un espíritu muy lúdico, disfrutar del momento, hacerlo con cariño, sin que la grabación sea un suplicio”. Ocho canciones (más el bonus-track del que hablábamos arriba) que apuntalan lo que se ha dado en llamar costumbrismo post-indie, temas de filiación nocturna que esconden miles de copas y más de una resaca, saltando de la rumba al slowcore y de aquí a la canción ligera. “Mi intención no es hacer un juicio de valor, ni hacer demasiadas preguntas, sino que las canciones sean meramente descriptivas, historias que a mí me han pasado o he visto. Soy un mero observador, un poco como el cine de barrio, acercarse a lo cotidiano de una manera azconiana. El mérito que tenían Azcona y Berlanga no era tanto que fueran graciosos, sino que sabían escoger los personajes, las palabras, las escenas adecuadas. Y musicalmente es también una manera de reaccionar a un sonido que desde los noventa ha estado muy metido en los mismos mensajes, las mismas fórmulas armónicas, y que a mí, salvo honrosas excepciones, ya me cansa. He sido muy fan de Los Planetas, pero con el tiempo he descubierto que en la mezcla de estilos está el descubrimiento de cosas nuevas. Freudianamente es como lo de matar al padre”.

Un comentario
  1. You Sir/Madam are the enemy of confusion evrhewryee!

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