Slim Cessna’s Auto Club, malditos pecadores
ConciertosSlim Cessna’s Auto Club

Slim Cessna’s Auto Club, malditos pecadores

7 / 10
Marta Terrasa — 10-01-2012
Sala — Apolo Sala [2], Barcelona
Fotografía — Albert Jodar

Escuchar a Slim Cessna’s Auto Club mientras alaban a un dios con ferviente religiosidad en “Cranston” y no saber si lo suyo es una broma llevada al extremo o realmente son una suerte de paletos ultra creyentes. Sea como fuere, la [2] fue testimonio de lo que ya pudimos ver en sus pasadas visitas; un show enérgico y a momentos esperpéntico, a camino entre el gospel y la barra del bar del pueblo (“That Fierce Cow Is Common Sense In a Country Dress”). Y buenas canciones, que nadie lo olvide. Alguien dijo de ellos que eran un cruce entre Beastie Boys y Johnny Cash. Americana, rock’n’roll, versos casi rapeados y country del auténtico –del de banjo y sombrero de cowboy- se fusionan en temas como “This Is How We Do Things In The Country”.

Aunque les hayamos descubierto tarde y sea lo suyo autoparodia o no, estos chicos llevan años en la música, desde que debutaran con su disco homónimo en el 1995. La guitarra de doble mástil con el holograma de la Virgen María/Jesucristo del Reverendo Dwight Pentacost no paró de escupir riffs con aire sureño, aunque sean de Denver. Por su parte, Munly Munly y John Rumley, ambos cantantes, no defraudaron con sus constantes incursiones entre el público, las simulaciones de Eucaristía y los coros musitados casi en un murmuro: “¡someteos!” predicaban durante el “Americado”. Sin embargo, quizás se les podría reprochar la elección del set list, con canciones demasiado similares entre ellas, aunque pasada la hora del concierto sonaron intros mucho más lentas que rompieron con la monotonía. Si lo suyo es una broma, que no se acabe. Y si estos predicadores con piel de cordero se creen sus propias canciones, entonces les seguiremos de pies juntillas hasta la Iglesia, y perdona, myLord nuestros oídos pecadores.

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